Los torus son nódulos o protuberancias que aparecen en el maxilar y en la mandíbula debido a un mayor crecimiento del hueso. Afectan a 27 de cada 1000 adultos, siendo las mujeres más propensas y no suelen presentar sintomatología acompañante. A priori resultan inocuos y raramente presentan molestias.
Su crecimiento es lento y no causa síntomas. Tampoco corren riesgo de tornar en malignos, lo cual les hace carecer en principio de importancia clínica. Sí que es cierto que en ocasiones y debido a un gran tamaño pueden generar alteraciones en la mucosa que los recubre creando microtraumatismos.

¿Cuáles son las causas DEL TORUS MANDIBULAR?
Aunque se desconocen de manera científica las causas que pueden provocar estas protuberancias, se cree que un componente importante es el carácter hereditario, ya que es una patología bastante frecuente en etnias como pueden ser los esquimales, los indios americanos o los asiáticos.
La predisposición genética es un factor relevante que puede detonar la aparición del torus mandibular. Otras causas que pueden tener relación es el padecimiento de hiperparatiroidismo, el estrés o traumas fuertes derivados de algún golpe en la estructura ósea.
RELACIÓN ENTRE Torus DENTAL y bruxismo
Los conceptos de torus mandibular y bruxismo poseen una estrecha relación. Vamos a recordar que el bruxismo es un trastorno en el que, de manera inconsciente, rechinas, aprietas o crujes los dientes mientras duermes (bruxismo nocturno) o despierto (bruxismo diurno).
Una patología que sufre alrededor del 70% de la población y en la que la mayoría de las ocasiones el paciente no es consciente de padecerlo, pero que puede acarrear perjuicios en cuanto a desgastes externos y dolores en la musculatura mandibular y la articulación temporomandibular.
Las causas que lo producen siguen sin estar claras, aunque los expertos suelen asociar esta patología a los trastornos del sueño o al estrés; aunque otros factores como una mala alineación dental, una deficiente alimentación, ansiedad o malas posturas nocturnas, puede ser también desencandenantes de bruxismo.
Cuando se combina esta sintomatología junto a una gran fuerza en la musculatura mandibular, los caninos y premolares pueden sufrir una sobrepresión que puede acabar con la generación de protuberancias varias, como, por ejemplo, en efecto, la del torus mandibular.
¿Es malo el torus mandibular?
La respuesta rápida es no. Los torus carecen de significado patológico y sintomatología. Cierto es que, como decíamos anteriormente, si se trata de torus de gran tamaño, pueden presentar algunas molestias que vamos a continuación vamos a enumerar:
- Problemas de fonación derivadas de un tamaño que incomode a la hora de hablar.
- Dificultad higiénica también en torus de gran tamaño que genere una acumulación de alimento y en consecuencia derive en algo tan incómodo como la halitosis.
- Ulceraciones, micro-traumatismos, desajuste de prótesis o alteraciones estéticas.
En definitiva, el torus mandibular no es algo peligroso ni doloroso en sí mismo excepto en algunos casos muy especiales y por lo tanto no es necesario tratarlo si no nos produce ningún tipo de sensación molesta o dolorosa.